Cosmología Física: Descripción


Portada
  • 480 Páginas
  • 100 Figuras y gráficas
  • 180 Ejercicios
  • 40 Tablas

Todo libro precisa una justificación para su existencia. Este no es una excepción.

La primera razón de su existencia es que, si bien existen multitud de textos en inglés dedicados a la cosmología bajo distintos enfoques, no existe un texto similar en español.

El segundo motivo ha sido intentar proporcionar un texto que fuera de amplia aplicación y fácil comprensión.

En efecto, la cosmología es una disciplina que abarca multitud de campos muy distintos: desde la física de partículas y sus modelos de unificación, hasta las observaciones de galaxias del universo local y de cúmulos globulares de nuestra Galaxia, todo ello en el marco de la relatividad general. Unos textos se centran en la física de partículas, otros en las aplicaciones de la relatividad general a la cosmología, aún otros en la evolución de estructuras o la radiación cósmica de fondo. Lógicamente estos sesgos expresan la especialización del autor que los escribió. Eso es bueno para un texto especializado, pero no para un texto que pretenda ser más general. El motivo es que los apartados en que el autor, debido a su especialización, ahonda abundantemente en aspectos concretos, serán seguidos con dificultad por un lector no especialista. En cambio, otros aspectos no se tratarán o se tratarán con menor profundidad. Para paliar estos sesgos, he recurrido a varios textos utilizando para cada capítulo o apartado el que a mi criterio proporcionase una aproximación más adecuada o de más fácil comprensión al problema. En múltiples ocasiones he recurrido a la WWW para buscar aclaraciones a aspectos más oscuros. He intentado, en suma, escribir un texto que tratase con suficiente detalle, pero de forma que fuese fácilmente comprensible, casi todos los aspectos de la cosmología. Que pudiera, incluso, constituir un texto de referencia.

Finalmente, el tercer motivo de la existencia de este libro es que me apetecía escribirlo. Ese debería bastar, pero por si acaso he incluido los dos anteriores.

Por consiguiente, el destino de este libro es servir como herramienta para la docencia de la cosmología a nivel de grado y de postgrado, pero también como material de referencia para el especialista. Está destinado a estudiantes universitarios con alguna formación básica en astrofísica, y no son imprescindibles conocimientos previos de relatividad general. De hecho, se ha procurado en todo momento que el libro sea autosuficiente. Partiendo de un nivel más simple, va progresando en grado de dificultad y algunos de los capítulos finales pueden impartirse a nivel de doctorado. El texto está refrendado por años de experiencia docente del autor impartiendo esta asignatura, así como por los alumnos que lo han sufrido y que han servido de piedra de toque.

En uno de los apéndices se exponen los aspectos pedagógicos relevantes, junto con una pequeña guía para su uso en la docencia de cursos de cosmología, astrofísica extragaláctica o incluso de introducción a la astronomía.

Es preciso señalar que en la exposición de los hechos y su interpretación se presenta una imagen ordenada, coherente y que puede dar la impresión de definitiva. Ello no necesariamente obedece a la realidad, sino a motivaciones pedagógicas y a una mayor simplicidad y claridad expositiva. Los hechos no se han desarrollado en el orden de exposición y así se intenta mostrar en la breve digresión histórica que se proporciona para cada uno. Además existen fenómenos que por el momento no tienen explicación enteramente satisfactoria, postulados ad hoc, así como incoherencias que, reales o aparentes, indican que la cosmología no es ni mucho menos un edificio acabado y sin fisuras. Esta ha sido la motivación que ha llevado a incluir un apartado de críticas al modelo estándar. En resumen: que queda mucho por estudiar y, casi con seguridad, muchas sorpresas que el autor espera con una ilusión que desea que este texto permita transmitir al lector.

El mérito de este libro no es solamente el resultado de años de trabajo y de esfuerzo míos, sino de mi mujer, que me ha apoyado como solo ella sabe hacerlo y ha hecho algunas de las ilustraciones del texto (las bonitas, porque las feas son mías). También a David Galadí, se le debe reconocer el mérito de haber revisado el texto y aportado muchas sugerencias que han contribuido a mejorarlo. Sin embargo, y como se acostumbra a decir, los errores que pueda contener son solamente míos, aunque por supuesto lo voy a negar.